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miércoles

la cruel ironía (y su distancia sutil: Jacques Tati.




Qué sorpresa, descubrir a Jacques Tati, a estas alturas!... Lo he visto en televisión. Es natural, hace más de una década que no voy al cine con regularidad, más o menos desde que empecé a sentirme demasiado incómodo con la realidad. La televisión es un engendro en las manos de quienes está, como todo, pero también puede ser si no una bendición, sí un gozo; a qué es debido entonces que me afecte tanto esa maquinaria, si es una pocilga su interior...? A veces me he hecho esa pregunta, y mi conclusión ha sido que yo amo lo visual, me encanta, y su encanto me fascina si su contenido es merecedor de ello; normalmente la mayoría del pueblo queda fascinada por el hechizo pongan lo que pongan, aunque sus contenidos sean pura hediondez. Me encanta lo que veo si lo que veo me encanta, a lo mejor es que en el recuerdo de los ojos quedan algunos buenos o incluso excelentes momentos pasados frente a esa pequeña pantalla y, en el tedio de los días, su reflejo hace que vuelvan hacia ella; pero ya basta, dicen ellos, si ensucian mi alma y mi retina, puedo perfectamente contentarme con el paisaje desnudo en silencio, o con la misma oscuridad, mejor es no ver que ver lo malo, dice el derecho.
Tati me parece uno de los genios del cinema europeo, y su filme Mon Oncle, un prodigio de sutileza y cruel ironía para con el mundo moderno.
No entiendo lo que están hablando ahora tras la película, quizá no han visto la misma que yo. Apago la tele y me voy a la cama, a leer. Viva Mon Oncle, viva Tati.