imitación a la realidad
no es ésta una sociedad laica, sino desacralizada.
es decir, superficialmente materialista y banal, descreída
por lo tanto ese estado no debiera ser denominado laico, sino desacralizado, o si se prefiere, descreído e insustancial.
significa esto que tanto el calificativo de laico, en contraposición al de confesional, como los otrora de agnóstico y ateo en contraposiciones a los de creyente y creyente en Dios, habrían de ser convenientemente matizados antes de su utilización
no vaya a ser que se esté calificando a algo de una manera que en realidad no pase de ser una nueva imitación de la realidad...
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