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miércoles

DE POR QUÉ ME GUSTA EL FÚTBOL . y otras zarandajas



porque, a pesar de estar metido de lleno entre los intereses comerciales y de poder acaba resultando un juego o deporte de lo más corriente, natural, casi de andar por casa. Sus jugadores no llevan apenas la preparación al extremo de como lo hacen otros deportistas de elite, los atletas por ejemplo, entrenan si acaso un par de horas al día, y no todos los días, su personal vida diaria apenas se ve afectada, y por tanto al final, en el terreno de juego, tampoco su psicología. En efecto, cuando uno ve un partido de fútbol de alto nivel no ve a once máquinas perfectamente engrasadas jugando contra otras once, sino a once personas normales aunque con grandes facultades para el juego ante otras once, es decir, tal como si esas veintidós personas estuvieran jugando en la vida misma con forma de estadio, y donde los jueces, la prensa, el dinero o la fama pueden estar haciendo igual papel que sobre el ágora de la sociedad.
Hoy Riquelme ha fallado uno de los penaltys más trascendentales de su vida, ante el Arsenal, en el último minuto, y pitado de forma rigurosa, era la oportunidad de evitar caer eliminados antes de la final de la Copa de Europa. Y lo falló. Yo lo oía por la radio, dicen: penalty, han pitado penalty, lo va a tirar Riquelme... Y más de uno hemos pensado a la vez: verás como lo falla... En efecto. Riquelme, con la mirada baja y la cabeza fija estaba predestinado a fallarlo... Le dio toda la ventaja al portero permitiendo observarle en su angostura. Y pasó lo que tenía que pasar, lo que pasa cuando un hombre cualquiera -ni dios ni robot-, a pesar de estar dotado de las más altas cualidades flaquea por su llana condición. No ha sido el único caso en que esto mismo ha sucedido, al contrario, "suele" suceder, sobre todo a los más grandes. Aunque eso es también lo que puede hacer más grande a ese atleta deportista, que no al contrario, al menos para mí, la constancia de su simple humanidad, la que los hace -nos hace- comunes a todos; grandes y fuertes, extraordinarios, pero a la vez con una enternecedora condición débil, mortal, vulgar. Esa es la grandeza del fútbol y la vida, esa es la grandeza que hoy nos ha mostrado Román Riquelme, el jugador con más esencia del fútbol actual...