una gran catástrofe

El último estudio de la OCDE sobre educación sitúa a España a la cola de Europa, en concreto, en el puesto 26 de los 40 estudiados, sólo por encima de países como Portugal, Italia y Grecia. Las materias que más se atragantan son "las de ciencias" aunque hay un problema generalizado de lectura. Cada nuevo gobierno denuncia el problema y modifica el sistema educativo, pero el problema persiste. (...)

fuente: elmundo.es



El nivel de cultura-educación del español medio de la última España media (hasta el siglo pasado) supone siempre el constatar que apenas se entienden ni interesan las ciencias exactas y experimentales (pues investigar en España es llorar, decía Unamuno), aunque siempre ha existido alguna consideración por los campos de las letras y de las artes, la narrativa, el teatro, la poesía, la pintura, (al menos con su imagen). Ahora, consumándose el traumático paso de siglo-milenio-era, tras burdas y sucesivas reformas y contrarreformas educativas en los colegios e institutos, con una abrumadora sensación de pérdida y de caos en lugar de frutos y confianza, por disparatados actos de esnobista política y vanidad, dejados de la mano los más jóvenes por sus familias y el gobierno del estado entre las vacuas influencias de las calles y los luminosos de la sociedad post-re-capitalista, ahora, encandilados más por los cacharritos que se fabrican para ellos y todo lo que proyectan vomitando hacia sus mentes, huérfanos del buen ejemplo de sus padres (o quizás siguiendo su ejemplo?), qué les puede interesar de la lectura, de la escritura, de la pintura?, nada, cero, ahora apenas saben escribir y hablar.

Estas nuevas generaciones están más interesadas en los videojuegos o enrevesadas modas extranjeras que en introducirse en las "poco excitantes" páginas de un libro; es decir que, ahora, a la secular aversión e ignorancia por las ciencias del español medio, se le está uniendo una galopante y supina incultura de las letras y de las artes hasta en los aspectos más rudimentarios, como pueda ser el manejar con cierta desenvoltura el lenguaje, o un lápiz y un papel.

Según tales premisas, el perfil cultural de ese español medio futuro será el de un analfabeto ufano e ignorante de serlo (puesto que nadie se esfuerza en hacérselo saber), con groseros conocimientos de jergas y bricolaje electrónico y quizás en paro aunque con una carrera universitaria especializada (ah, paradoja de los nuevos modelos educativos): menudo panorama les espera a ellos y a sus inocentes coetáneos...!

Esta es, sin duda, la peor catástrofe acaecida en España desde la guerra civil.