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sábado

to groove or not to groove ( una revistilla del reciente jazz de festivales



escuchando a los Neville Brothers en el festival de San Sebastián me digo en voz alta y clara_ viva el soul, el funk, el blues, el jazz y el rap, viva toda la música afroamericana que es herencia de la humanidad, y viva la madre que la parió, es decir, sobre todo África entera


Este año me he quedado sin asistir a cualquiera de los muchos conciertos que por esta época se dan en mis alrededores, en cambio estoy viendo bastantes de las retransmisiones de los festivales de Vitoria y Donostia, que no está nada mal...

Si los Neville Brothers empezaran ahora yo podría decir que son un bombazo, una fresca y viva música. Pero no empiezan ahora. Lo malo de la música de la actualidad es que no aporta nada nuevo, no en formas, sino en vitalidad. La música popular urbana, por llamarle de algún modo, descansa en el inmenso caudal aportado por los años sesenta y setenta, no hay apenas nada que no repita el mismo discurso ya dicho por Cánovas o Azaña, y eso desde luego no tiene el mínimo interés. Otra cosa son las músicas aportadas por el fenómeno de la globalización, en especial desde África, Asia y Latinoamérica. Y las que en algún momento no sé si con fortuna se denominaron nuevas músicas, provenientes de varios orígenes y abarcando amplias miras, son quizás junto a las anteriormente citadas y el jazz las que hacen presagiar un vasto panorama enormemente enriquecedor.

Pero no todo, desde luego, merece ser oído y ni siquiera atendido.

En Vitoria actuó Joachim Kühn con su trío Iberia formado por él, el baterista alicantino Ramón López y el contrabajista gallego Baldo Martínez. Me parece interesante la constitución de este trío, en especial porque me gustan mucho tanto Ramón como Baldo y pienso que pueden aportar un trabajo rítmico interesante a las improvisaciones semilibres de Joachim Kühn. En cambio, el propio Kühn no me interesa tanto, pude verlo en directo hace unos años, y siempre suena igual, su apasionamiento físico no se corresponde totalmente con una pasión sentimental, suena desperdigado, frío. Hay una palabra que en estos festivales marca la diferencia entre lo bueno y lo no bueno, en música negra se denomina groove. Si lo que tocas no tiene groove, no está entre los surcos de la tierra, o no tienes nada que ver con el jazz y el blues -etc-, o es que eres sencillamente malo. Kühn no tiene nada de groove, pero en esta ocasión no es porque sea malo, que no lo es tanto, sino porque está totalmente apartado del jazz y de todo el sentimiento de la música negra americana que le dio lugar. En un festival como estos no pinta nada.

La diferencia enorme se aprecia cuando contemplas la actuación de Herbie Hancock, por ejemplo. Un enorme concierto. Toque lo que toque tiene groove, aún acompañado de esa pequeña violinista apasionatta.

Hasta Winton Marsalys tiene un enorme groove comparado con Kühn -y otros-, a pesar de su academicismo instrumental y compositivo, Marsalis, con su Lincoln Center Orchestra llega siempre a encandilar.

Un caso aparte me resulta Bela Fleck; a primera vista parece que no tiene que ver demasiado con el jazz, pero su espíritu y su técnica perfecta de tocar el banjo pueden hacer de cualquier actuación suya toda una experiencia emocional. No he visto u oído muchos músicos de púa tocar como lo hace Bela Fleck con su banjo, jugando con las escalas como si fuera su dueño.

El pianista español Chano Domínguez no logra hermanar el flamenco con el jazz, a pesar de sus buenas cualidades, la cosa se queda en una mezcla, o si acaso en fusión al estilo antiguo. Pocas cosas -afortunadamente, por otra parte- he oído yo que puedan decirse han solucionado el flamenco con otras músicas -como el son de Cuba lo ha hecho...- casi todo se queda en eso, en un revuelto de anís con café y leche, si se une a varias cosas, como el mismo Paco de Lucía haría.

Varias reseñas más a destacar por mi parte, McCoy Tyner, Medeski Martin & Wood, Kenny Barron, Michel Camilo con Tomatito y Enrique Morente, por citar algunas de las que sí he visto , y lamento no haberlo hecho con el gran Sonny Rollins y Keith Jarrett

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chssttt... Matthew Herbert no me ha gustado nada )




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