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antaño, cuando los bueyes tiraban de los carros se podía pensar en la mayoría de cosas de la vida diaria con abundante certeza, la suficiente como para sólo dudar de las evidentes tiranías

hogaño, cuando los motores de explosión tiran de las personas hay una gran parte de sus vidas que se asienta sólo en la incertidumbre, e incluso en la zozobra, qué hay detrás de ésto, ya no lo sé, se dicen muchos, no estoy seguro, qué hay detrás de mi vecino, de la palabra que me han dado, de la gestión que acabo de realizar, estaré a salvo de ésto, funcionará esta vez mi impresora, me arrancará el coche, llegaré a salvo a mi destino, podré siquiera pensar en alguna vez conseguir mi vacilante propósito ?


demasiadas cosas con demasiada incertidumbre, dejemos a un lado la naturaleza intocada, las artes clásicas, la escritura y los libros, las buenas herramientas, los buenos alimentos, el cultivo del espíritu, la sonrisa de los niños, la amistad o el amor, el fluir mismo de la vida ya completamente libre ...